“Si plantas una semilla de clavel, será un clavel lo que
obtengas, a no ser que durante su crecimiento digas una y otra vez que
se trata
de un cactus”
La
base de la educación de nuestros hijos está en el núcleo familiar y sin embargo es una tarea para la que apenas se
prepara a los padres y madres, presentes o futuros.
Hoy
en día, las familias se enfrentan a una sociedad que ha evolucionado muy
rápidamente, y con ella los conceptos de familia, infancia, juventud y entorno
han sido también trasformados profundamente. Ante este mundo cambiante, existe
la necesidad de adquirir nuevas herramientas y capacidades para apoyar la
educación de nuestros hijos.
Es
clave el valor de la familia, en
sí misma y el importante papel que
desempeña en el adecuado desarrollo de las personas (emocional, intelectual y
evolutivo). El coaching para
padres y madres surge ante la necesidad de hacer frente a los nuevos
desafíos en los que los progenitores se convierten en coaches o mentores que
guían a sus hijos, hacia la felicidad, con sólidos valores, amplias
competencias y objetivos claros en la vida.
Utilizando
la definición de Coaching de Tim Galeway, “el coaching es el arte de crear un
ambiente a través de la conversación y de una manera de ser, que facilita el
proceso por el cual una persona se moviliza de manera exitosa para alcanzar sus
metas soñadas”. Siguiendo esta definición, los padres y madres podemos utilizar
estrategias de coaching que fomenten la creación de estos espacios de
interacción con los hijos.
Previo
a aplicar cualquiera de las herramientas de coaching es fundamental aceptar a
nuestros hijos tal y como son, con toda su grandeza y de forma íntegra, siendo
el elemento principal para poder tener éxito en sus objetivos. Como
padres, debemos aprender a confiar en nuestros hijos sabiendo que cometerán
errores, si bien, son parte de su crecimiento y desarrollo. Así mismo, debemos
respetar sus elecciones evitando sentir frustración ante opiniones contrarias a
nuestras expectativas (por ejemplo, deseen practicar un deporte diferente al
que nosotros consideramos adecuado). Esto no significa la inexistencia de
límites, los cuáles son necesarios y fundamentales en el proceso educativo de
nuestros hijos; la clave está en “poner límites, si bien, no limitar”.
Retomando
la definición de coaching de Tim Galeway; ¿Qué podemos hacer los padres para crear un ambiente propicio a través de la
conversación? ¿Qué elementos nos deberían caracterizar?.
A
continuación se detallas algunas pautas para padres y madres:
- Utiliza un estilo comunicativo centrado en la expresión de opiniones desde uno mismo, evitando el sermón, chantaje o compatativas, y basado en un lenguaje positivo y específico para cada situación
- Ejemplos
- “Lo que acabas de hacer me hace muy feliz, ya sabes atarte los cordones y podrás hacerlo tú misma”
- “Me gustaría que aprendiese a atarte los cordones, así podrás hacerlo tú misma aunque nosotros no estemos
- “Qué torpe eres…mira que te cuesta aprender ehhh”
- “Pues María, ya sabe atárselos sóla…..”
- Escucha atentamente sus inquietudes y valora cada aportación realizada. Como adultos tenemos mucho que aprender de ellos, y diariamente nos enseñan importantes lecciones.
- Pregunta a tus hijos, es una manera esencial de conocer quiénes son, qué les ocurre y ofrecerles retroalimentación. La pregunta debe ser realizada de manera inteligente, abierta y en términos sencillos. En ocasiones presuponemos lo que piensan o les pasa y estamos equivocados.
- Ejemplo: (Percibimos que Marta está triste en su salida del colegio) “Marta, cuéntame cómo ha ido hoy el día” Evitando frases del tipo “¿Estás enfadada? ¿Te ha pasado algo malo?”.Estaremos focalizando la atención en lo negativo y deseamos conocerlo pero también cambiar el estado de emocional de Marta.
- Conviértete en el principal fan de tus hijos y asegúrate de que ellos lo sepan a través de verbalizaciones y expresiones físicas (abrazos, besos, contacto..etc).
- El tiempo que dediques a tus hijos debe ser de calidad “estando presente”. Son más efectivos 30 minutos de calidad (comunicación, escucha, juego, retroalimentación amor, etc) que un tiempo mayor sin prestarles atención de forma real.
- Refuerza la imaginación y los sueños de tus hijos. Pregunta ¿Y cómo lo harás? ¿Quién más estará? ¿Cómo quedará al final?. La creatividad es una competencia que todo niño posee y somos los adultos los encargados de destruirla a través de las normas y hábitos. La creatividad es un pilar del crecimiento personal.
- Preséntale retos; los niños se apasionan ante la idea de descubrir y alcanzar algo nuevo, a la vez que se fomenta la automotivación y el desarrollo de nuevas capacidades.
- Ejemplo: “Marta, ¿Cuál es tu postre preferido? ¿Qué te parece si lo intentamos hacer?.
- Celebra los éxitos, los pequeños y grandes y refuerza cada avance que vaya alcanzando; estarás promoviendo un alto rendimiento y el esfuerzo acompañado de diversión y placer.
- Ejemplo. “Genial, Marta…el cupcake está delicioso”.
- Orienta a tu hijo “al ser” más que “al tener”, para ello debes cuidar tu comunicación, tus creencias y las alusiones a que importancia tienen las cosas materiales (Mira dentro de ti!!!)
- Utiliza reglas claras, específicas y coherentes a cada situación.
- Ejemplo. “Marta, si no terminas la merienda te quedas sin televisión toda la semana”. Hazte la siguiente pregunta ¿Existe correlación entre el acto y la consecuencia?.
- Sé un modelo de la vida de tu hijo. Si deseas que tu hijo sea honesto, necesitas vivir con honestidad; si quieres que ame la vida y a las personas, es indispensable que tú le ames a él; si deseas una persona activa, tú debes mostrar esa actividad.
- Ejemplo Video “Papá, te estoy mirando” https://www.youtube.com/watch?v=nPnsmL_pZFU
- Haz aquello que dices que vas a hacer; para tu hijo eres un ejemplo en todos los comportamientos que él desarrolla; es decir, si tú incumples tu palabra, ¿Qué crees que hará el?
- Ejemplo “Cuando termines la merienda, jugamos”. Una vez finalizada la acción indicamos que no disponemos de tiempo. ¿Cuál es nuestra credibilidad? ¿Qué estamos transmitiendo a nuestro hijo en el modo de hacer?.
- Trátalo en términos de todo lo que “puede llegar ser”, no como es, y todavía menos como era y como tú crees que era.
- Sé paciente y flexible en los resultados; cada día los comportamientos cambian si nosotros cambiamos con nuestros hijos.
Con la
introducción de ciertas pautas, como padre-madre coach, nuestros hijos incrementarán
su autonomía, gestionarán mejor sus emociones, fortalecerán la confianza en sí
mismos, se sentirán amados y respetados así como capaces de conseguir los retos
que se propongan.
IMAGINA TODO AQUELLO QUE TU HIJO PUEDE
LLEGAR A SER Y HAZLO
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