domingo, 15 de septiembre de 2019

¿Cómo de importante es tu trabajo?


Al leer la pregunta que da título a este post, existirán múltiples y variadas respuestas. Algunas de las cuáles se basarán únicamente en una cuestión de subsistencia y practicidad, y otras en la realización personal y contribución.

Lo que hacemos SÍ IMPORTA; esta afirmación tan rotunda está basada en la necesidad de que existan todos y cada uno de los puestos de trabajo que conocemos. Sobre la importancia de algunos en términos de aportación a la sociedad, no hay discusión, por ejemplo un doctor/a, un/a educador/a, un profesional de emergencias, etc. Quizá en otros casos, la relevancia de un trabajo esté más en entredicho. Sin embargo, piensa en la interconexión y en qué hace posible ese trabajo, ¿qué ocurriría si un día, de repente, todas las personas que realizan  esas funciones, dejaran de hacerlas?. Piensa en la profesión que consideres menos importante y observa la respuesta que surge en tu mente.

La satisfacción con el trabajo y la importancia que tiene para nosotros, está asociada a la forma en la que lo experimentamos.  Podemos ser útiles y atentos en trabajos convencionalmente triviales, e infructuosos e ineficaces, en cargos, que a priori, cambiarían el mundo.
Si tomamos el  modelo de Amy Wrzeniewski (1997), los trabajos pueden clasificarse en.

1. Trabajo como empleo. Es la situación en la que una persona desarrolla un puesto por obligación, sin haber tenido posibilidad de elección y motivado principalmente por una recompensa financiera.  Las posibilidades de continuidad estarán asociadas principalmente al salario.  Como aspecto positivo, entender el trabajo como un empleo, aporta autosuficiencia, autonomía y coherencia mental con el modelo “trabajar para vivir”.

2.  Trabajo como profesión. En este caso, existe satisfacción y placer por el trabajo en sí, aunque, en la mayor parte de las ocasiones, estará asociado a un deseo de promoción, ascenso, o incremento de la reputación.  El estatus o poder en el trabajo tendrán gran influencia en el grado de satisfacción. La lealtad profesional, estará asociada a las posibilidades de carrera y crecimiento existentes.

3. Trabajo como vocación.  Lo realizado, se hace por pasión, la importancia es el hecho de hacer esas tareas y funciones, el trabajo en sí. Generalmente está asociado al sentido vital y a comportamientos altruistas. El compromiso es inherente por los elevados niveles de satisfacción intrínseca (elevada presencia de dopamina), buscando unos incentivos económicos menores.

La siguiente historia de los "tres canteros" visibiliza la anterior clasificación:

Hace ya muchos años se estaba construyendo una catedral. Un hombre, siguiendo la costumbre más perpetuada en este país, se pasó por las obras para ver cómo otros trabajaban. Y allí se encontró con tres maestros canteros que, cincel en mano, estaban trabajando la piedra para construir el templo.
Se acercó al primero y le preguntó qué es lo que estaba haciendo. La respuesta fue contundente y malhumorada:
- Pues es bastante evidente ¿no?, aquí picando esta piedra con la solana que hace..y con la sed que yo tengo. ¡Y lo que me queda aún! Por no hablar de lo que me fastidia el capataz por aquí de paseo, sin dar un palo al agua. 

Al acercarse al segundo cantero esto fue lo que le dijo sin apenas mirarle a la cara:
- Pues aquí ando haciendo lo que me han mandado. Tengo mujer y cuatro hijos ¿sabe? así que toca obeceder para poder llevar el pan a casa.

Al acercarse al tercero, comprobó que éste trabajaba con un entusiasmo inusitado. Al hacerle la misma pregunta que a los dos anteriores, éste le respondió con satisfacción y orgullo.
- ¿Que qué estoy haciendo? ¿Acaso no lo ve caballero?. Estoy haciendo una CATEDRAL.
Encontrar significado e importancia a nuestro trabajo puede determinar nuestra forma de actuar y nuestra felicidad en el mismo. Se trata de averiguar la forma en la que nuestras contribuciones laborales afectan a los demás y el modo en el que repercuten en un universo mayor. Si actuamos con una intención positiva (sea lo que sea), los resultados tendrás efectos positivos. Recogiendo las sabias palabras de Teresa de Calcuta “Cosas pequeñas con un gran amor”. Lo realmente importante es cómo hacemos las cosas frente a qué hacemos.

Tengamos uno u otro trabajo, podemos dar lo mejor de nosotros y marcar la diferencia, manteniendo el interés, la conexión y las posibilidades de crecimiento personal.
Ser conscientes de cómo te sientes en tu trabajo, de lo importante que crees que es para ti y para los demás, puede proporcionarte, motivación, claridad y contribuir a fijar tus propósitos de vida. El trabajo, al igual, que el resto de cosas y relaciones, son impermanentes, y se transforman con el paso del tiempo y con nuestro propio desarrollo. Es clave, vivirlo como algo presente, como una oportunidad que en ese momento nos está dando la vida; asignale el valor que tú desees (como empleo, profesión o vocación), y protagonizar los cambios necesarios.

Si la satisfacción en el trabajo, no es posible, por cualquier motivo o cuestión, y parece que eso no cambiará en el corto plazo, pon tu ATENCIÓN EN DESARROLLAR LA IMPORTANCIA EN OTRO ASPECTO. Quizá sea el momento de focalizarte en otras cosas de valor en tu trabajo, hacer algo nuevo y/o creativo que reactive tu motivación, proponer cambios o mejoras, o, emprender esa idea que ronda en tu cabeza, iniciar el proceso hacia otro lugar/puesto, así como cualquier otra alternativa que te RECONECTE CON EL VALOR Y LA IMPORTANCIA QUE TÚ DESEAS DARLE A TU TRABAJO.

Si respetas la importancia de tu trabajo, esté te devolverá, probablemente, el favor.  Mark Twain.