Actualmente
los grupos de edad más castigados por el desempleo son los jóvenes menores de
30 años, más afectados cuanto menor es su edad; y por supuesto, las personas
mayores de 45 años. Es más, me atrevería a decir que incluso a partir de 40
años son muchas las empresas que comienzan a mostrar reticencias en la
contratación a personas en esa franja de edad. La edad por lo tanto, es un
factor determinante en la búsqueda de empleo.
Desde
la doble perspectiva de la orientación laboral y la selección de personal existe
una dificultad para confluir intereses de ambas partes, debido a que muchas de
las personas desempleadas forman parte del grupo de edad que las empresas
evitan contratar. La solución es
compleja puesto que pasa por un cambio cultural y un apoyo gubernamental. El
gobierno de España viene desarrollando políticas activas de empleo en su
estrategia 2011-2020 que ponen de manifiesto este interés y predisposición. Por
ejemplo, su “Estrategiade emprendimiento y empleo joven 2013-2016” traza 100 líneas de actuación dirigidas
a la mejora de la cualificación y formación, orientación e intermediación
laboral, emprendimiento, igualdad de oportunidades y estímulos a la
contratación. En relación a las personas mayores de 45 años, se han legislado
incentivos y ayudas directas en la contratación así como puesto en marcha
iniciativas formativas como certificados de profesionalidad o la acreditación
de la experiencia laboral a través de la agencia de las cualificaciones.
Todos estos elementos
son necesarios pero no suficientes, siendo imprescindible el cambio cultural e ideológico de todos y cada uno de nosotros con respecto a los siguientes elementos:
1.- Incluir la formación continua y
recualificación profesional como pilar. Desgraciadamente, España está a la cabeza en abandono escolar con un
24,9% en 2012, duplicando la tasa europea. A esto se debe añadir, que solamente el
54% de los españoles de 25 a 64 años poseen estudios
superiores a la primera etapa de
Educación Secundaria, frente al promedio de algo más del 75 % de la
población para la OCDE y para la UE21 (datos 2011). Son
muchas las personas que tras acceder al mercado laboral descuidan su
formación considerando que “ya es suficiente”. Esto es algo completamente
opuesto a la realidad, en la cual la
formación debe ser continua y a lo largo de toda la vida manteniendo la
productividad a través de la actualización de contenidos y métodos. ¿Cuál es tu
situación respecto a esto?.
2.-
Disminución de estereotipos vinculados
con la edad. Algunas personas consideran que los jóvenes menores de 20 años
presentan un mayor absentismo laboral, falta de iniciativa o de interés por el
aprendizaje. Otra idea bastante extendida en relación a las personas mayores de
45 años es su estancamiento profesional, así como exigencias salariales más
elevadas. Ambas afirmaciones son susceptibles de discusión y presentan grandes
diferencias individuales, es por ello por lo que se debe valorar la profesionalidad de la persona independientemente de
su edad. ¡Revisa sus ideas al respecto!.
3.-
Cambios metodológicos en la intermediación
laboral. Muchas veces los reclutadores e intermediarios nos encontramos con requisitos
discriminatorios (edad, sexo, nacionalidad, etc) que se incluyen entre las
preferencias de las empresas a la hora de cubrir un determinado puesto de
trabajo. Es nuestra labor llevar a cabo
una sensibilización en las empresas hacia la no discriminación,
favoreciendo la reflexión del por qué de un determinado perfil e incluso
eliminando la posibilidad de elegir este tipo de criterios.
4.-
Búsqueda activa y eficaz de empleo a
través de estrategias favorecedoras. Cada persona debe conocer los recursos de empleo y potenciar su
autoconocimiento, ponerlo en valor y transmitirlo a la empresa contratante
utilizando los canales óptimos (Internet, autocandidaturas, contactos,
presentaciones eficaces, etc). Por ejemplo, los jóvenes pueden mostrar su
capacidad de adaptación, su rápido aprendizaje, su flexibilidad, sus amplios
conocimientos teóricos, posibilidades de contratación en prácticas, etc. Evidentemente,
algunos de estos aspectos están en las personas mayores de 45 años, unidos a un
amplio bagaje profesional, contactos, incentivos en la contratación, ausencia
de cargas familiares, etc. ¿Conoces los recursos y estrategias?¿Te conoces a ti
mismo/a?.
5.-
Convertir las limitaciones en oportunidades.
Muy relacionado con el primer punto, algunas personas manifiestan que hay un
exceso de requisitos para cualquier puesto vacante. Esta afirmación es cierta y
la tendencia creciente. La creación de puestos de trabajo pasa por la
especialización, la exigencia de un nivel formativo superior y amplios
conocimientos de idiomas. Entonces ¿a qué estamos esperando?. Pasemos de la
queja a la búsqueda de soluciones y si tu profesión está en declive busca
otra/s que te ofrezcan una oportunidad.
6.-
Mantén la motivación: “Lo imposible sólo tarda un poco más”. Cada
día es una posibilidad para acceder a un puesto de trabajo; un día estará plagado
de noes, pero el siguiente puede ser diferente, debes sentir que puedes.
Aprende de cada día y obtén información valiosa que te ayude a mejorar.
EDAD = OPORTUNIDADES
EDAD ≠ LIMITACIONES
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