martes, 30 de julio de 2013

Un reto en nuestra sociedad. Ser consecuentes y coherentes

Continuamente en  nuestras conversaciones cotidianas escuchamos estas dos palabras y además nos dicen (familia, amigos/as, compañeros/as, jefes/as) que tenemos que ser así. Estas  cualidades son clave en nuestro desarrollo personal y profesional perfilándonos como personas seguras y fiables ante nosotros mismos y  los demás posibilitando oportunidades y relaciones satisfactorias.

¿Qué son en realidad? Ser consecuentes es pensar, decir y hacer lo mismo; cuando nuestras conductas son paralelas a lo que pensamos (creencias) y valoramos (valores). Si lo complicamos un poco más;  la coherencia es además integrar lo anterior en los valores y creencias del entorno. Pongamos un ejemplo: 

Mafalda valora  mucho el tiempo libre y la calidad de vida (como sus compañeros de trabajo) y cree que es fundamental el descanso. Así lo expresa en la empresa que trabaja y todos los días sin excepción sale puntualmente de su puesto de trabajo. CONSECUENTE 100%
Esto conlleva que sus compañeros ante proyectos urgentes deban invertir más tiempo y compensar su ausencia.
¿CUAL SERÍA LA COHERENCIA? Dudosa puesto que la actuación de Mafalda genera que el resto carezca de ese tiempo libre. 

Ser coherentes en nuestra sociedad, a veces resulta complejo por la lucha existente entre nuestros intereses y motivos y los del resto. Cuando descubrimos esas “incoherencias” intentamos taparlas con alguna mentira social aceptable que nos permita vivir, lo cual todavía complica más el ovillo. ¿Cómo lo deshacemos?.

1.- Cuida tu palabra; comprométete únicamente a aquello que sepas que vas a cumplir, diferéncialo de una declaración de intenciones. Las personas generamos expectativas en los demás a través del lenguaje…Cuídalas!!!

2.- Pide disculpas. Recuerda que todos (sin excepción) nos equivocamos “Errar es humano pero de sabios es rectificar e intentar sanar la herida que queda abierta en una relación”.

3.- Actúa alineado/a con tus valores. La plenitud del ser humano se alcanza cuando vivimos de acuerdo a lo que es realmente importante para nosotros; ¿Lo conoces? (sigue leyendo las entradas de este blog, lo descubriremos juntos).

4.- Integra tus deseos y motivos en tu entorno. Antes de expresar un pensamiento o llevar a cabo una acción pregúntate ¿Y esto, como me afecta a mi? ¿Y al resto?. ¿Qué cambios supondría?. Estas preguntas te ayudarán a valorar la idoneidad.

¿Se te ocurren acciones concretas que puedas realizar?


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