Todos
conocemos que España es uno de los países con una mayor tasa de desempleo, según
los datos de septiembre de 2013 el 26,6 %. Dentro de esta coyuntura, nuestro
trabajo como orientadores es apoyar el acceso al empleo del mayor número de
personas apostando por la profesionalidad, la cualificación y el desempeño de
un trabajo digno.
Una
radiografía de la situación vista por cada uno/a de ellos/as en su día a día puede
ser la siguiente:
- Falta de interés de las personas
que recogen el currículum que se entrega.
- Vergüenza por ir varias veces a
preguntar a un mismo sitio si hay trabajo.
- Ausencia de respuesta en los
procesos en los que se está inscrito.
- Rechazo en ofertas en las que se
cumple con el perfil, si bien hay cientos de inscritos.
- Discriminación en relación a la
edad (o demasiado jóvenes, o demasiado mayores si tienes más de 40 años).
- Otro tipo de discriminaciones en
relación a características como la nacionalidad, sexo, apariencia física…etc.
- Sentimiento de que los esfuerzos
terminan en una papelera, como sus currículum.
- Negación a la entrega de un
currículum o a resolver una duda.
- Sugerencias del tipo “¿Y por qué
te van a coger a ti con todos los que hay?”.
- Condiciones laborales precarias (trabajos
de 12 horas remunerados a 4€/hora, cotización a media jornada y un horario
laboral más amplio y un sinfín de ejemplos).
Afortunadamente
son muchos los valientes que cada día rescatan su sonrisa y se reinventan con
un único sueño: ENCONTRAR UN TRABAJO obviando esta amplia lista de dificultades.
Al mismo tiempo, otros acumulan desesperanza y desmotivación lo cual, de forma
mantenida puede generar depresión, ansiedad y otros trastornos. Hoy en día se
conoce como SINDROME DEL DESEMPLEADO
el denominado “Síndrome de la
invisibilidad”.
Cuando
una persona es víctima de este síndrome, siente que “no le ven”. “En esta
sociedad, a pesar de la crisis, sólo cuenta la productividad, el parecer o el
tener”.
José
Buendía
Las consecuencias
psicológicas de este síndrome están asociadas a una pérdida de la autoestima en
todos los casos, manifestándose de una u otra forma en función de la edad. En
jóvenes puede estar asociado a mayor agresividad, reducción del círculo social,
depresión, sentimientos de fracaso, pasividad, etc. Las personas de edad adulta
suelen manifestar irritabilidad, incomprensión, enfado con el entorno y reducción
de la actividad. (Conoce más en: El impacto psicológico del desempleo.
José Buendía)
Este
post es un “grito” a la colaboración; cada uno de nosotros en mayor o menor
medida podemos aportar nuestro granito de arena ¿Cómo?:
- Si eres trabajador, amigo o
familiar:
- Escuchemos a las personas que se
acercan a nuestra puerta buscando trabajo.
- Sonríe y deséale un buen día. Si
es posible pregúntale sus intereses.
- Empatiza con él o con ella (mañana
la situación puede invertirse).
- Evita frases del tipo: “ uhhh,
mira todos los que tenemos aquí”, “no sé para qué vas, ya sabes que el
puesto está asignado”, etc.
- Si eres empresa o departamento de
recursos humanos:
- Valora la profesionalidad y
conocimientos y evita leer la fecha de nacimiento en primer lugar.
- Cierra los procesos publicados
en internet.
- Envía un correo electrónico
automático a todo aquel que muestre el interés de trabajar contigo
indicándole qué haces con sus datos.
- Comunica a los interesados/as el
resultado de la selección; una plantilla de email es suficiente.
- Respeta la normativa laboral y
evita abusos en las contrataciones.
HAGAMOS POSIBLE UN CAMBIO Y LA MINIMIZACIÓN DEL SÍNDROME DE INVISIBILIDAD EN PERSONAS DESEMPLEADAS