En la
sociedad actual continúan existiendo personas a las que el desempleo afecta
especialmente debido a factores como la edad, el nivel formativo, existencia de
problemas de salud, fricciones de la unidad familiar, etc. Sin embargo y a
diferencia de otras épocas, actualmente
administración pública, entidades o instituciones, red social, iniciativa
privada y otros, ponen a disposición de cualquier persona herramientas y
recursos que permiten, independientemente de la situación de partida disponer
de los elementos básicos para la búsqueda de empleo.
La
orientación laboral es un paso ampliamente recomendado, casi obligado, antes de
iniciar una búsqueda activa de empleo contribuyendo a que los recursos y
herramientas se vean incrementados u optimizadas existiendo más de 15 vías para
encontrar un puesto de trabajo. A través de este servicio podemos obtener la información para una buena búsqueda de empleo.
La
información es un paso fundamental en el proceso, si bien todavía lo es más la
motivación y nuestra actitud hacia la misma.
A veces quedamos encerrados en nuestro
“círculo” o “baldosa” (zona de confort), temiendo salir de él por miedo a
fracasar, a perder lo que tenemos, a una crítica, a recibir un no por
respuesta, por habituamiento, por desconocimiento de qué hacer, etc.
La zona
de confort se puede
definir como aquella en la que nos sentimos seguros, controlamos lo que ocurre
en la misma, las cosas que hay nos satisfacen en mayor o menor medida, si bien
son conocidas para nosotros. Así mismo, la zona de confort es el conjunto de
límites que nos impiden avanzar, nos hayamos “cómodamente incómodos” y su
principal manifestación es la queja continuada. Cuando superamos esos límites,
la perspectiva de las cosas se amplia, generando nuevos aprendizajes y
aumentando nuestro horizonte y posibilidades.
En la
búsqueda de empleo y en especial en los colectivos vulnerables, se requiere salir de nuestra zona de confort (de aquello que conocemos, que nos
resulta habitual, incluso de aquellas cosas que nos resultan desagradables como
recibir un no por respuesta).
Esto
que a priori puede parecer sencillo, requiere un proceso de autoconocimiento y
de toma de conciencia a través del cual podremos comprobar donde nos hemos
quedado atrapados (qué creencias tenemos acerca del mundo y de nosotros mismos,
los miedos que nos paralizan o el impulso hacia nuestras metas, las
inquietudes..etc).
A
partir de ahí se inicia un proceso de cambio a través de planes de acción
en los que existirán avances y también retrocesos, pero fundamentalmente se
obtendrán resultados diferentes que poco a poco conducirán a aprendizajes y al
dominio de más herramientas y habilidades.
¿Qué
proponemos para ampliar la zona de confort en la búsqueda de empleo?
1.-
Identifica hábitos y pensamientos desfavorables en tu búsqueda de empleo. Te
recomendamos que los escribas.
2.- Incluye algo diferente en tu
proceso diario de búsqueda (puede servir incluso el orden en el que haces las
cosas) pero si decides arriesgarte con algo más novedoso, mucho mejor.
3.- Si te falta algún recurso,
infórmate donde lo puedes conseguir (por ejemplo acceso a internet,
ordenadores, donde me pueden hacer el currículum, qué formación hay, etc).
4.- Confirma las cosas por ti
mismo/a, evita dejarte llevar por lo que el resto de personas te digan.
5.- Cambia un pequeño hábito de tu
día a día (ir a tu casa por otro recorrido, comprar el pan en otra panadería,
hablar con un vecino diferente…etc) y disponte a aprender.
6.- Ponte en la baldosa de otra
persona que haya encontrado trabajo y analiza cómo lo ha hecho.
7.- Lee a diario e incrementa tus
horizontes (revistas, investigaciones, curiosidades..etc).
8.- Proponte aprender al menos una
cosa al día, puede ser cualquiera.
¿SALIMOS DE LA BALDOSA?