Algo
que ocurre de forma inevitable cada 365 días (366 en los años bisiestos) es que
sumamos una vela más en nuestra tarta, un tirón de orejas añadido o cualquier
otra evidencia de un nuevo aniversario de nuestro nacimiento. En
este sentido existen dos tipos de personas: las que aman y las que odian su cumpleaños.
Para
las personas que aman su cumpleaños supone un día especial, lleno
de momentos mágicos y cercanía con sus seres queridos. Al menos un mes antes
comienzan a anunciarlo, piensan cómo lo van a celebrar, miran qué día de la
semana tiene lugar, insinúan posibles regalos y el día en cuestión tienen un “brillo
especial”.
Sin
embargo, existe un elevado porcentaje de personas (casi el 50%) para las cuales el
cumpleaños es una fecha triste, evitan cualquier forma de celebración,
ocultando en la medida de lo posible que ese día está sucediendo.
Los que aman su
cumpleaños
Celebración
del aniversario de su nacimiento, un año más de VIDA, es un día que permite
estar cerca de los tuyos, divertirse, ser el protagonista y recuperar de algún
modo ese narcisismo de la juventud. En definitiva, es una forma de recibir amor
y mostrar afecto ante las personas importantes para ti.
Generalmente
se asocia con el final de una etapa y el comienzo de otra donde se evalúan las
metas alcanzadas y se fijan nuevos objetivos (ocurre algo similar al 31 de diciembre de
cada año). Es un punto de inflexión para posibles cambios.
En
líneas generales se trata de personas centradas en el presente, que disfrutan
en mayor medida de cada momento y situación que se presenta. Afirmaciones como “hoy
es el mejor momento para hacer algo” representan su forma de pensamiento.
Se
asocia a personas optimistas, que interpretan el paso de la vida como una oportunidad para aprender, superar limitaciones y vivir nuevas emociones y experiencias.
Según
explica el psicólogo francés Christian Helson (2007), celebrar el cumpleaños ayuda
a envejecer mejor, o, en su defecto a aceptar de forma más favorable el paso
del tiempo y acercar la edad subjetiva (cómo nos sentimos) a la edad
cronológica (la de registro). Para que esto ocurra es necesario la existencia
de ciertos elementos como la salud, una red social y la ausencia de traumas
asociados a ese día.
Los que odian su cumpleaños
Muchas
personas desean que el día de su aniversario pase desapercibido, es más,
algunas pueden sentir desaliento o tristeza. Este sentimiento suele estar
asociado a una sensación de “perder vida”. En otras palabras, se resta un año
de existencia en este mundo.
Este
sentimiento puede estar asociado con una pérdida de control sobre nuestra vida
o la de nuestros hijos, así como a una falta de aprovechamiento de nuestro día
a día. En algunos casos, está relacionado con sensaciones de desazón y
descontento con nosotros mismos en un área importante de nuestra vida (familia,
trabajo, salud..etc).
En
determinadas religiones y/o ideas espirituales, tales como: testigos de Jehóva,
budistas, taoístas, musulmanes y otros; la celebración del cumpleaños es
desaprobada por diferentes razones, así como también lo fue durante un tiempo
para el cristianismo, celebrándose únicamente el aniversario del matrimonio o la
defunción.
Las
personas que evitan celebrar su cumpleaños, eligen otros registros temporales
para la consecución de metas u objetivos, poseyendo marcos temporales
diferentes, por ejemplo años naturales, cursos académicos, etc.
Pueden
existir determinados estereotipos negativos asociados a cumplir un número
determinado de años; por ejemplo: “los adultos son unos aburridos”, “voy a
tener que asumir grandes responsabilidades”, “cuando se llega a viejo, uno ya
no sirve para nada”, “los treinta y sin
pareja: soy un fracasado”, etc.
¿QUÉ OCURRE EN TI PARA AMAR U ODIAR TU CUMPLEAÑOS?